domingo, 1 de agosto de 2010

Adelanto del cuento aun sin titulo (II)

Hace años tocamos en un concierto propagandista en el estacionamiento de la Plaza de Toros. Se gritaba viva el partido tal o pascual y no a las corridas. Comían hamburguesas, bebían cerveza o tragos malos y baratos, fumaban y sudaban y se notaba el sudor, hasta que empezó a llover. Nosotros tocábamos porque es genial. Había mucha gente y llovía. Estábamos en una tarima bastante alta y una pantalla al fondo nos enfocaba a veces. Primero conectábamos los instrumentos, y un rato de calentamiento con arpegios y escalas para preparar al público. Carlitos Drummer confiaba tanto en sí mismo que no necesitaba calentar. Yo apagaba el micrófono y entonaba American Woman de Lenny Kravitz bajito. El público estaba emocionado. Gritaban que empezáramos ya. Y cómo no, si estaban empapados.

—Bueno, muchachos ¿Qué tal algo de Pearl Jam pa’ empezar?—pregunté y Fredo y Mari se mostraron de acuerdo. Incluso escogieron Even Flor.

Entonces empezamos a tocar. Primero Fredo toma la púa y la raspa con rapidez y violencia por las cuerdas de base. En ese momento entra Mari Ozzy y Carlitos Drummer con sus respectivos instrumentos. Luego un silencio de batería y los otros instrumentos se lucen. Suena el riff de bajo y guitarra más continuo de la canción. Y me toca cantar. Mi voz es algo rasposa y a veces tiende a lo gutural, pero es parte del emblema de la banda. Eddy Vedder se hubiese insultado escuchándome, lo más seguro. Un clásico del rock en manos de una banda de punk hardcore alternativo con toques de heavy metal y rock clasico.

—¡Even flow, hijueputas!—grito—¡Thougs arrive like butterflies!

La gente salta, se empujan, baten sus cabezas y corean la canción. La lluvia no los detiene. Ni a ellos ni a nosotros, la diferencia es que estamos bajo techo y ellos no. De pronto me siento culpable y pienso en saltar y cantar al nivel de ellos. Entonces vuelve el coro y lo canto con fuerza. Los Vicious me observan entusiasmados y dan todo de sí en el resto del tema. Incluso acompaño en el solo a Fredo como guitarra gemela. No lo habíamos ensayado así, pero quedo perfecto. Después, al finalizar, nos pedían otro tema. Ya habíamos tocado Anarchy in the U.K. y unos temas de los Beatles punkeados (hey jude y obladi oblada, con aceptación media de la audiencia).

Mari Ozzy se acercó a un micrófono y me guiñó un ojo.

—Para la siguiente canción—dijo—, yo acompañaré en la voz. Será un tema suave de despedida, pero sé que les gustará. Baby its you, de los Smith ¡Disfrutenlo!

Le vi una sonrisa de oreja a oreja a Carlitos. Es fanático del rock clásico. Improvisé un efecto delay en el pedal de la guitarra. Fredo empezó con un riff a lo Hendrix y luego Mary Ozzy cantando muy femenina con mis gritos de fondo. Me prometí que para el próximo concierto tocaríamos Call Me de Blondie y ella daría los gritos.

3 comentarios:

  1. Yo, humildemente no lo llamaría cuento sino crónica, -y muy buena de paso- una crónica que a los adultos, muy adultos nos ayuda a comprender más a los jóvenes, muy jóvenes y "rellenar" la mal ponderada "brecha generacional". Lo disfruté.

    (entre (), déjame saber tu e-mail para enviarte "PERDEDORES" COMPLETA. ¿ok? ¡WENO!

    ResponderEliminar
  2. Gracias, Hector!Tengo que pulirlo más, pero ahí vamos. Un toque musical en la narrativa. Mi correo es junpakushiroku@gmail.com También están muy buenos los cuentos que has subido. El de ¡VAMOS A ACABAR! me hizo reír. Son cosas que suceden. Y el diagnostico es interesante.

    ResponderEliminar
  3. Muy bueno Diego, creo que estás en una línea absolutamente recta por donde va el camino hacia un estilo propio...te felicito.

    ResponderEliminar