lunes, 31 de mayo de 2010

Uno Asesinado

Uno Asesinado

By Diego Niño


Lo descubrieron. Yo estaba sentado en la plaza viendo cómo unos niños jugaban fútbol. No había mucha gente. Sólo los niños, y algunas niñas. Un tipo barbudo y de apariencia andrajosa estaba sentado en una banca. Al lado tenía un perro sarnoso. Lo descubrieron, los agentes del demonio. Estaba bebiendo un refresco de botella y todos creyeron, de repente, que se le había caído al piso. Fue una bala. Yo lo vi. Yo estaba sentado casi al frente él, pero a varios metros de distancia. El tipo no se movió. Los niños siguieron jugando, y entraron en escena unos tipos vestidos con sus trajes de ejecutivos grises, corbata y zapatitos de charol. Esa gente me da pena. Yo sé que tenían las pistolas bien ocultas. Ah, por cierto, uno de ellos llevaba una gorra de los yanquis, negra, y un cigarrillo.

El hombre de los yanquis se sentó a mi lado. El otro se detuvo a ver el partido. El perro le gruñó. El andrajoso se mantuvo quieto y en suspenso. Seguramente pensaba. Tenía pinta de consumir varios tipos de droga al mismo tiempo. Ese de allá, me dijo el yanqui sin dejar de sonreír y señalando al andrajoso, ese de allá es hombre muerto. ¿Yo qué podía decirle? ¿Yo, con mis canas, mis barbas y un ejemplar casi a punto de extinguirse de Santo Tomas de Aquino? Una ambulancia pasó a toda velocidad. Una moto con policías. Ninguno se detuvo. Yo sudaba. No se asuste, dijo el Yanqui, usted será el único espectador y el próximo de la lista, pero aun no. Eso solo significaba que yo era un hombre muerto.

Traté de levantarme de la banca, pero el yanqui se apresuro a cogerme de un brazo. Yo no me quiero ver metido en esto, le dije. No se preocupe, dijo y me mostró el arma. El otro tipo, el que estaba viendo el partidito de fútbol pegó la carcajada cuando vio mi rostro. Me volví a sentar, a esperar. Hagamos un trato, dijo el yanqui terminando de consumir el cigarrillo, usted va y llama a un policía y cuando llegue ya nos habremos ido. El tipo tiró el cigarrillo al piso y lo pisó de tal forma que ningún vagabundo pudiese recogerlo para fumar el filtro. Somos los que recogemos la basura, dijo. No nos gusta, pero nos toca. Si no, toda la ciudad estaría llena de vagabundos, drogadictos, alcohólicos, pestes humanas. Somos la parca funesta de los indigentes. A cada uno le tocará tarde o temprano. Somos la Policía Secreta y nadie nos descubrirá, porque no dejamos huellas.

Con eso me sentí marcado. Por eso yo era el siguiente. Me levanté y me fui a buscar a la policía. Cuando llegamos, el viejo andrajoso estaba muerto. Se apretaba el pecho y tenía una mueca de dolor y miedo. Le cerré los ojos. Un policía dijo que le había dado un ataque. Yo no podía hablar nada de los asesinos de pordioseros. Corrí a la Iglesia más cercana y les rogué asilo. Ahora trabajo limpiando el jardín, los baños, los pisos, las imágenes, las bancas, la ropa del cura, cocinando de vez en cuando, leyendo y rezando. Y escribiendo, porque algún día saldrá a la luz que a ese pobre mendicante lo habían descubierto y asesinado los exterminadores. La Policía Secreta.

4 comentarios:

  1. Cónchale Diego te felicito. Excelente narración y cuidaste muy bien los ACENTOS!!!!! Me encanta que tomes conciencia de la importancia que tienen dentro de tus escritos.
    Tienes madera de escritor...y pilas si de verdad te mete preso la policía secreta je je por andar denunciándolos.

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  2. Este es uno de los mejores cuentos que he leído que trata lo social de manera directa, sin aspavientos, y con la destreza de quien maneja un bisturí en plena sala de operaciones así el operado sea un depredador, felicitaciones Diego, saludos...

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  3. Me agrado el relato, pero Diegooo, hay partes que en ese caminar llano me resbalo, es decir, en esos pases del dialogo a la narración me pierdo, hemos hablado de ello, que cada oración, así sea independiente, debe dar bienvenida a la siguiente oración. Nota la siguiente oración: "Yo estaba sentado casi al frente él..." No se pero aquí me perdí, me estrelle, no se si quieres señalar: "Yo estaba sentado frente a él, a varios metros de distancia"... Ya empezamos con el verdadero sentido de NEONATA, nada de que bonito, que bien, no vamos a urgar con bisturí, con microscopio y todo... Esa policía secreta me recordo a los hombres de negro, que saben de la existencia de los OVNIS, son los únicos que saben que los Ovnis existen...

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  4. y si ese "casi al frente, pero a varios metros de distancia" lo cambiase por "paralelo a él"... Más que a los hombres de negro, recuerda más a X-FILES!Es algo medio popular. Me base un poco en cuentos de las Aguilas Negras que mataban drogos, prostitutas y vagabundos.

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