miércoles, 14 de marzo de 2012

La Estrella de Belén


Era la víspera de Navidad. Aquel hombre había tenido una linda cena de Nochebuena con dos de sus hijas, quienes declinaron otras invitaciones y preferido pasar esa hermosa y significativa fecha con su viejo, sin imaginar que con ello le hacían inmensamente feliz. Él vivía sólo en lo alto de una montaña desde donde se divisaba, a lo lejos, la ciudad. Los tres se acercaron a un recodo del camino para deleitarse con la vista de los fuegos artificiales. El espectáculo era magnífico, para quien disfruta de las cosas sencillas. Y ellos son de esa especie en extinción. La mayor de esas muchachas, escribiría en su diario, que había estado esperando la llegada del niño Jesús con su padre y su hermanita, en una noche buena “feliz y en paz”. De ponto, poco antes de la medianoche, una brillante luz en movimiento llamó la atención del pequeño, pero unido familiar. Padre e hijas miraron al cielo y vieron con gran asombro y complacencia, el breve pero maravilloso desplazamiento de una enorme estrella fugaz de tonalidades verde, azul y violeta. Todos sintieron que por el grande y puro amor que se profesaban, recibieron como presente del Creador, el haber visto esa noche a la estrella de Belén.
Héctor Estrada Parada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario